La Estructura del cuento
En Alemania en la escuela la enseñan con el nombre “El ratón de la historia”. En el teatro la llaman “La estructura en tres actos”. Sea cual sea su nombre, la estructura del cuento es simple. Tiene tres partes: La introducción, el desarrollo o nudo y el desenlace.

Si es así de sencillo, pensarías que mis cuentos son perfectos (obviamente yo pienso que son divinísimos), ¿Por qué no son tan exitosos como quisiera?
Aprendiendo a ser una escritora con el libro Writing Picture Books de Ann Whitford Paul, me ha dado más ideas de qué es importante en cada uno de los tres actos y créeme que se complica un poco más. Ser escritor es más que tener bonitas ideas.
Primer Acto: Introducción o Set up
Su nombre lo dice muy bien, es aquí donde, como escritores, le damos la oportunidad al lector de construirse una idea de lo que viene.
La primera oración es clave. Debe darte, como lector, ganas de seguir leyendo. La idea es introducir al personaje principal, dar una indicación del tiempo y el lugar de la historia y si se puede, introducir el conflicto de una vez.
Si no se puede en la primera línea, por lo menos en el primer párrafo del cuento tienes que ofrecer toda la información sobre dónde, cuándo, el tono de la historia y un momento que haga al lector querer seguir leyendo.
¿Qué tal te suena? ¿Fácil, difícil? Créeme que cuando llegó el momento de hacer este ejercicio me salía humo por las orejas.
Aquí tengo un ejemplo que pienso que logró transmitir muchos de los aspectos de la primera línea:
“Una mañana, la pequeña Lítera caminaba y observaba el mundo a su altura” del cuento de A mi altura de Lucía Sanz Martínez.
La recomendación de muchos autores en la introducción es que las grandes descripciones del mundo de la historia, el paisaje y demás, ya no están de moda (¡Con lo que me encantan a mí!).
Segundo Acto: El desarrollo o nudo o la confrontación
¡Por fin darle rienda a la imaginación!
Aquí es donde el personaje crece. Llevas de la mano al lector en ese viaje por resolver junto al personaje principal el conflicto de la historia y, definitivamente, tiene que llevarte hasta el desenlace.
El personaje principal confronta un dilema o situación que tiene que superar. Explora opciones o herramientas que le permitan prepararse, confronta obstáculos y hace amistades nuevas.
Así como tú, el escritor, crecerás después de escribir el cuento, el personaje principal tiene que confrontarse consigo mismo hasta el punto en que ya no hay vuelta atrás. Su vida de antes no es posible, sólo queda seguir. Eso es el climax del cuento.
Tercer Acto: El desenlace o Resolución
Obviamente el cuento se tiene que terminar aquí, pero eso quiere decir que el final del cuento tiene que estar aquí también, no puedes darle al lector el final en el segundo acto.
Tiene que ser un final lo más feliz o positivo que se pueda, porque se trata de niños, un mundo con esperanza es lo que queremos ofrecerles.
El desenlace tiene que ser la conclusión de lo ocurrido durante las diferentes escenas del cuento, pero debe tener un cierto sentido de impredecibilidad.
También es importante que tu personaje principal haya crecido, que sea su propio auténtico carácter, pero haya cambiado de alguna manera.
El final no debe tener hilos sueltos. No puedes desaparecer a uno de los personajes, por ejemplo. El lector tiene que saber que aconteció con todos y cada uno de los personajes en tu cuento (que se recomienda no sean muchos, porque confundiría a los pequeños lectores).
La última oración tiene que ser algo que deje al lector contento. Es el calor con el que la historia concluye.
En el cuento Hermanos de Ariel Andrés Almada, la última oración dice “Porque nada me hace más feliz que saber que somos hermanos”… dan ganas de decir “tan tan” o “este cuento se acabó”.
Eso es la estructura del cuento de una manera simple, ahora es sólo intentarlo.
Para escritores que quieren escribir cuentos infantiles el libro Writing Picture Books, Ann Whitford Paul, es definitivamente un buen lugar dónde empezar.
Cambiando de tema…
Algunas palabras sobre trauma
Era finales de un verano. Mi jefa me dejó caer un pequeño “extra” que necesitaba de mí. “¿Más? ¿Llevar el proyecto más grande como part timer no es suficiente?”, estas últimas palabras las pensé, no las dije.
Estaba parada frente a mi escritorio, tratando de concentrarme con el dolor de cabeza que tenía y al mismo tiempo controlar las lágrimas.
“No puedo más”, pensé otra vez. Agarré mi teléfono y le hablé a mi doctora.
Tenía dolores de cabeza casi todos los fines de semana, o por dos semanas consecuentes. Tomando medicamentos para migraña que son muy fuertes y todo por tratar de cumplir con mis responsabilidades, no sólo en mi casa, pero en la oficina también.
Mi doctora tenía dos meses tratando de darme de baja, enferma. Yo no lo quería aceptar. Había perdido mi libertad, era prisionera de mi dolor de cabeza.
Ese día salí, sin poder más y no volví. Un año entero me tomó regularizar las migrañas a una vez al mes.
No te cuento esto para que te deprimas, ni para que pienses mal de mi jefa; sino para invitarte a leer el camino que siguió después de esta experiencia.
Lo primero que hice fue dormir. Dormí todas las mañanas que mis hijos estaban en la escuela. Me levantaba a cocinar y luego a acompañar a los niños por la tarde.
Después me fui a la biblioteca. Saqué los pocos libros que hay sobre migraña. Ahí comenzó mi recuperación. No lo vi entonces, quería soluciones inmediatas, pero no las encontré en ningún lugar. Ha sido un viaje de dos años hasta llegar hasta donde estoy hoy.
Desde entonces he intentado muchas cosas, yo diría todo, pero puedo ver la cara de Tony Robins preguntándome “¿Segura que todo?”.
Tengo la certeza que la información o los libros correctos han llegado al momento en que los necesitaba.
El último libro que leí que me ha abierto los ojos es The Myth of Normal de Gabor Maté.
Me llevo muchos mensajes de este libro, pero el que más está vibrando en mi cabeza es el que los traumas, por pequeños e insignificantes que parezcan, afectan tu bienestar físico.
Cuando sufres un trauma, te desconectas de ti mismo. Obviamente si el trauma es super grande, la herida es super grande también. Pero también los traumas pequeños afectan tu salud y puede que se estén convirtiendo en fibromalgia, migrañas, y otras enfermedades autoinmunes.
No quiero darte la impresión de que soy una experta, para nada, quiero despertar en ti la curiosidad de tal vez de reflexionar un poco o de plano, leer el libro de Gabor Maté.
Lo que me quedó claro es que yo tengo que superar mis propios traumas para continuar con mi camino a eliminar mis migrañas.
Pero lo que más me tiene reflexionando son mis hijos.

¿Qué traumas han tenido ellos? Probablemente muchos se los he causado yo misma. Porque al no resolver mis propios traumas, una, me están haciendo ser una madre “desconectada” y dos, les estoy pasando esos traumas a ellos.
No lo digo por hacerme sentir culpable (culpabilidad sólo va a empeorar las cosas), sino porque el libro del Dr. Maté me abrió los ojos a la realidad de mi propio hogar. Le he dado todo a mis hijos, pero ¿No piensas que ellos vivieron esos 2 años en los que yo estaba tendida con migrañas sintiéndose que no contaban conmigo?
Me queda claro que me URGE resolver mis propios traumas. Pero me queda mucho más claro que tengo que ayudar a mis hijos a resolver los suyos.
Yo soy madre de dos adolescentes, el hecho de que estén conectados o desconectados de sí mismos se nota a más latente.
Si eres madre o padre de niños pequeñitos, tenlo presente. Tienes que cuidarte a ti mismo, explorar tus propios problemas para poder darle tu yo completo a tus hijos.
El libro del Dr. Maté tiene ejercicios para ayudar a profundizar en tus propios problemas, un lugar donde comenzar.
Para ti, de

ps. Necesito un favor de tí. Escríbeme en tus comentarios tu reflexión sobre el hecho de que mezclé dos temas completamente diferentes en un blog Post. ¡MUCHAS GRACIAS!
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Recuerda que en mi blog tengo historias y cuentos para tí, para que le leas a tus hijos antes de dormir.
Finalmente te comparto mi cuento que auto-publiqué en 2021, La princesa que quería ver el mar. Está disponible en Amazon.

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